Los amortiguadores en mal estado son un grave peligro para la conducción. Estos son considerados uno de los tres pilares principales de la seguridad al volante junto con los frenos y los neumáticos. Cuando los amortiguadores están en mal estado disminuye el confort del coche, se dificulta el manejo del vehículo y aumenta la distancia de frenado. Es por eso que en este artículo te contamos cómo identificar cuándo es necesario cambiar los frenos y cómo hacerlo.
Junto con los neumáticos y los frenos, los amortiguadores forman parte esencial de la seguridad del coche. Estos influyen en el comportamiento de los frenos, la dirección y la estabilidad del coche, especialmente en curvas o cuando se circula a una velocidad elevada.
La función de los amortiguadores de un coche es la de garantizar que los neumáticos estén en contacto con la calzada en todo momento, absorbiendo las irregularidades del terreno para aumentar el confort en la condición y la seguridad de los pasajeros.
Los amortiguadores en mal estado aumentan la distancia de frenado hasta en un 35% y provocan el desgaste de otras piezas del coche como los neumáticos, los soportes, las rótulas, entre otras. Es por ello que resulta fundamental conocer las señales que indican la necesidad de un cambio.
Por regla general, el cambio de los amortiguadores se realiza a partir de los 65.000 kilómetros, sin que llegue a superar los 90.000 kilómetros. Como el desgaste no es perceptible a simple vista se recomienda realizar revisiones cada 20.000 kilómetros o una vez al año y prestar atención a alguna de las señales que indican su desgaste.
Hay una serie de señales que indican que los amortiguadores están desgastados y necesitan un cambio. Las señales más destacadas son las siguientes.
Cada vehículo cuenta con un mayor o menor rebote como consecuencia de la dureza de la suspensión. Si se detecta un incremento del rebote en el coche al pasar por baches o irregularidades, es muy probable que los amortiguadores estén dañados.
Si los neumáticos presentan desgaste en los extremos o en el centro, es probable que la presión no sea la correcta. Si el desgaste es irregular, podría ser causa de una fuga de aceite en un amortiguador o que uno de los brazos de la suspensión se haya caído, lo que indica que es necesario una revisión de los amortiguadores.
Cuando hay mayor dificultad para controlar el coche en curvas o zonas mojadas, es un síntoma habitual de desgaste excesivo de los amortiguadores. Otra señal es cuando se realizan frenadas fuertes y el chasis se desplaza horizontalmente de un lado a otro. En el caso de las curvas, el vehículo se inclina en exceso hacia el exterior y le cuesta volver al centro.
Si al pasar por baches y curvas se escucha algún ruido extraño, es posible que los amortiguadores estén dañados, lo mejor es cambiarlos lo más pronto posible.
Cuando el coche circula desnivelado es síntoma de que la amortiguación de una de las ruedas o de los ejes no se encuentra en buen estado. La mejor manera de comprobar el desnivel es colocando el coche en un terreno llano. Si el coche cuenta con un sistema de suspensión de aire o neumática, será necesario arrancarlo para que la suspensión se active y así poder observar su estado. Si se encuentra en desnivel, puede indicar que hay una fuga en los amortiguadores o que se rompió uno de los brazo metálicos que conectan el chasis con las ruedas. No se recomienda circular cuando aparece esta señal ya que puede ser peligroso y generar otras averías al coche.
El cambio de los amortiguadores hay que hacerlos por ejes, los dos amortiguadores delanteros a la vez o los dos traseros juntos. Si se cambia un solo amortiguador de cada eje, es posible que se descompense la firmeza del coche.
A continuación detallamos los pasos para cambiar los amortiguadores de la suspensión delantera.
Cambiar los amortiguadores no es una operación tan sencilla, si no se tienen los conocimientos y las herramientas necesarias (gato hidráulico, soporte de gato hidráulico, etc.), lo mejor es acudir a un taller especializado.
Los amortiguadores son los que sujetan el chasis a la carrocería, es posible cuidarlos, evitando las carreteras con muchos baches, no circular a velocidad altas, pasar por los badenes despacio y con cuidado. No se recomienda estacionar con un neumático subido a un bordillo ya que se daña al amortiguador de la rueda que queda más elevada. Otro consejo para cuidar los amortiguadores, es evitar aparcar en calles que posean cuestas pronunciadas y no cargar el coche con mucho peso.
